Hace mucho tiempo existió un soldado muy valiente con un inmenso sueño de salvar e implantar la paz en la tierra, esto lo llevo a lograr grandes cosas como firmar tratados de paz, impactar en la vida de un gran número de personas y cambiar la perspectiva de muchos.
Estas cosas las logro con una incansable lucha por defender los principios de la vida, el buen trato, el amor, la enseñanza, la fe, respeto y mucho más.
Habían algunos momentos en los que sentía no querer seguir más ya que lo invadió la duda y lo llevo a pensar que su vida se estaba consumiendo en un sin sentido y por supuesto no veía gratificaciones de su trabajo.
Mucho tiempo después se dio cuenta que las cosas que había hecho durante tanto tiempo y con esfuerzo y esmero, cambió la vida de muchas personas que se sentían solas, damnificadas y sin paz no solo en sus regiones si no en su corazones, A partir de su entrega y valentía, este gran hombre se tomó como ejemplo en muchas naciones para promulgar la paz.
Sin embargo en sus viajes lo invade esa puntual duda, “será que alguien podría levantarse todos los días con un propósito”? pero para su sorpresa la respuesta que obtuvo, fueron las vidas cambiadas de las personas por las que lucho sin pensar en su integridad .
Esto me lleva a comprender que tu propósito es lo que hace que te levantes en las mañanas y este propósito se manifiesta con un nuevo plan en tu vida todos los días.
Vive el día como si fuera el ultimo y despierta como si fuera el primero
En un lugar muy lejano de la ciudad se encontraba una familia conformada por tres, el padre y sus dos hijos. Era un sitio donde la naturaleza abundaba igual que la calma en los alrededores, era un sitio muy cómodo para vivir, había de todo, los cultivos eran prósperos y el ganado también lo era, no había nada que faltara. Por las noches el hijo menor se quejaba de su vida, no le gustaba vivir ahí, quería ir a la ciudad a conocer gente y a disfrutar todas las cosas que habían allí. Se sentía desconsolado y abatido cada vez que escuchaba a uno de sus amigos cercanos hablar de lo bien que se la pasaba al ir a la ciudad, conocía a muchas chicas y hacia cosas que en aquel lugar no había donde. El hermano mayor le encantaba cumplir sus obligaciones todos los días, se sentía satisfecho con todo lo que tenía, no había algo más que pedir, se sentía dichoso. Se levantaba cada mañana para apreciar el alba que desde su ventana se veía bellísimo, la mezcla de tonalidades azules, naranjas...
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